Como casi siempre cuando algo se muere, nace la nostalgia buscando un corazón. Pero para mi es raro, y aunque esté desordenado sé que es impermeable al dolor. La felicidad es un maquillaje, de sonrisa amable, desde que no estás. Siempre serás
bienvenido a este lugar, a mi lista de obsesiones que no vas a olvidar. Cuando todo acabe y el silencio hable, sólo tus pupilas sabrán que fue verdad. Y entre los cristales, pedacitos de esa tarde, donde comenzamos a soñar.
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